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Día 00090 – Las medidas antipiratería de Mark Knofler.

Ayer leí una entrada muy interesante (del que me he permitido copiar el nombre e imagen de la entrada) en el blog del amiguete Freddy dedicado al maestro Marknofler donde decía que iba a ofrecer el directo en una memoria USB a los asistentes. Hice una serie de comentarios que gustaron al autor del blog y me dio la idea de hacer una entrada con ellos así que con la intención de difundir este estupendo blog para los aficionado a Mark Knofler y aprovechando para sumar entradas de la creatividad con la que me relaciono y me rodea, aquí va:

«Genial idea. No entiendo a los músicos que quieren vivir de las rentas atacando a los propios fans por descargarse su música. Puedo comprender que vean vulnerado un cierto derecho a la propiedad de su creación pero también se hacía antes con las cintas vírgenes y nadie decía nada. ¿Cual es la diferencia? Antes una cinta, vinilo o CD te costaba una pasta gansa, un equipo con doble pletina igual, las cintas vírgenes también y los conciertos pues tres cuartos de lo mismo. No se quejaban porque sacaban pasta todos por unos productos sobrevalorados y te lo dice alguien que adora la música y esta metido en grupos musicales. Ahora, con el MP3 e Internet todo ha cambiado. Han tenido que abaratar costes, ganan menos y encima te dicen que eres el culpable de que algún día la industria de la música se acabe. Lo que les jode es que tienen que trabajar más dando conciertos y no todos tienen la calidad, la asistencia de público, ni les gusta tener que estar de gira día si y día no. Ese es o debería de ser su verdadero trabajo, el cara a cara con su público. He puesto muchas veces el mismo ejemplo, es como si cuando se inventó la electricidad los fabricantes de velas se hubieran quejado y hubieran puesto trabas para el avance. Aún no comprendo como los músicos no venden con la entrada del concierto el CD que hayan sacado en el momento o como el señor Knofler, el concierto. No podemos ir contracorriente y el avance y la libertad creativa ha de estar por encima de esas leyes de supuesta protección de propiedad intelectual. Señores, el que es músico de verdad, el que es bueno seguirá viviendo de ello pase lo que pase. Los carroñeros y grupos de diseño, cual ley natural, se quedarán en el camino. A mi mujer le encanta Estopa y aunque se descargue su música los compra también. A mi me encanta Barón Rojo y compró su música también. Ambos grupos, con sus diferencias estilísticas, son dignos de mi admiración. Tienen unos precios razonables y trabajan el directo, son músicos de verdad, nos gustan y por eso los apoyamos.»
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