«No sé muy bien donde estoy ni como he llegado aquí. Lo único que sé es que cuando abrí los ojos me encontré encima de este edificio desconocido. A mi alrededor todo arde, apenas puedo divisar la calle ni los edificios que hay frente a mi. Una niebla de fuego y calor lo cubre todo. El sudor impregna todo mi cuerpo y apenas puedo respirar. No se por que pero instintivamente meto la mano en mi bolsillo y saco mi móvil, no hay cobertura pero curiosamente si una red wifi abierta y disponible. Acabo de hacer esta foto que te envío… Apareces como conectada – ¡Contesta maldita sea!.. Bueno, no importa. No siento dolor pero el móvil se derrite en mi mano, sigo sin sentir dolor pero percibo un sabor extraño en mi boca que creo proviene de mis ojos… No veo, creo que mis ojos se han fundido y que el resto de mi cuerpo empezara a hacerlo en breve… Adiós, te quiero.»
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