La creatividad es ser libre y dar libertad. La creatividad no sabe de colores, religiones ni de más o menos dineros. La creatividad es mi religión única y verdadera. Esta no pide nada, no recompensa ni castiga y me hace ser mejor persona y relacionarme con gentes particulares y únicas. La creatividad aceptada y desarrollada como especie nos uniría en toda nuestra capacidad como quizá nunca lo haría ninguna otra idea. La creatividad es lo más parecido a ser Dios, a tocarlo, a sentirse participe del todo y pieza imprescindible del engranaje físico, mental y espiritual de la existencia. En nuestras mentes creamos personajes, mundos y universos y en nuestra realidad creamos personas iguales a nosotros a los que llamamos hijos. Llegados a este punto es cuando os hablo de mi hija y de que no hay que avergonzarse de las actuaciones creativas que pueden ser miradas y catalogadas según la ideología social en la que cada uno ha sido adoctrinado. Ahora es cuando os digo que casi todas las tardes, después de comer, esa creación mía que es Lola Carambola me disfraza y me convierte en bailarín de ballet para danzar juntos con la sintonía de la serie Amar es para siempre.
Día 0317. Ballet y robots.
Prosiguiendo con Lola, un día como hoy pero en 2020, estábamos creando robots con Tente.