Los días, a veces, pasan rápidos, demasiado rápidos, fugaces, consumidos más rápidamente que un hilo de gasolina ardiente sobre el asfalto. Días llenos de ocupaciones y obligaciones (adquiridas algunas, de aparición espontánea otras). La mente, el corazón, el sentimiento pulula y divaga entre el camino de la perseverancia, la disciplina honorable, la evolución hacia la segunda vida y el lastimero rincón continuista de cuadernos, música, tabaco y alcohol. Pero bueno, todo esto es otra historia, cercana y relacionada pero otra historia a fin de cuentas que no viene al caso relatar ahora aquí. Hoy encontrado en mi buzón Ojos de Gacela y Papiroflexia, obras creativas de otros que llaman mi atención y que me instan a buscar un hueco en mi trayectoria diaria de adoración a la creación (propia normalmente) y también ajena (esporádicamente sin descartar ampliar a una actitud más continuista). Comienzo a leerlos…